jueves, 23 de diciembre de 2010

NO ME AVERGÜENZA DECIR LA VERDAD

Segundo ensayo de subida, en este caso de un fragmento de la parte literaria, perteneciente al capítulo El remedio, entre los minutos 39 y 40. Seis versos y medio de TIBULO (3.2.7-8), PROPERCIO (1.6.23-24) y CATULO (8.9-11), respectivamente. Os invito a que comparéis el efecto que producen leídos así, a palo seco, con el que ejercen acompañados de música, que es como se transmitían en la Antigüedad:

       No me avergüenza decir la verdad, ni confesar el hastío 
nacido de una vida como la mía, que ha sufrido tantas desgracias.

nec mihi uera loqui pudor est uitaeque fateri,
    tot mala perpessae, taedia nata meae

       ¡Que ese niño no te eche encima sufrimientos como los míos, 
ni todo lo que mis lágrimas han conocido!
  
et tibi non umquam nostros puer iste labores
    afferat et lacrimis omnia nota meis!

       Tú no seas débil, 
ni persigas a quien huye, ni vivas desdichado; 
resiste con obstinación, aguanta.

tu quoque impotens noli,
nec quae fugit sectare, nec miser uiue,
sed obstinata mente perfer, obdura.

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