domingo, 25 de julio de 2010

PARA QUÉ HE VENIDO HASTA AQUÍ

Me encontraba ayer grabando la escultura del Minotauro en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, cuando sucedió este espectáculo eurovisivo:




Cuatro turistas extranjeras estaban posando ante el Zeus de Artemisio y el vigilante les recordó que no estaba permitido. En el museo de Olimpia, cuando fui con mis alumnos, uno de los vigilantes me explicó la razón de esta prohibición: "Γιατί είναι ασέβεια" ("Porque es una falta de respeto"). Yo añadiría: "Porque es patético recorrerte miles de kilómetros para salir en una fotografía que puedes tomarte en tu casa."

Posar ante un obra de arte milenaria significa: "En realidad no me interesan estas piedras viejas, sino enseñarle a mi gente lo lejos que he llegado"; significa "Yo soy más bonito y más interesante, por eso salgo en primer plano"; significa: "Soy un paleto sin remedio".

No sé cómo será en otros museos europeos, pero, en este caso, chapeau por el Ministerio de Cultura Griego: tiene mucho mejor gusto y buen sentido que los que se dedican a lucir palmito. ¡Y qué palmitos!