Fundamentar el matrimonio en semejante "felicidad" supone por parte de los modernos una capacidad de aburrimiento casi morbosa, o la intención secreta de hacer trampas. Es probable que esa intención o esa esperanza expliquen en parte la felicidad con que la gente se casa aun "sin creer en el matrimonio". El sueño de la pasión posible actúa como una distracción permanente, anestesiando las rebeliones del aburrimiento. [...]
O el aburrimiento resignado o la pasión: ese es el dilema que introduce en nuestras vidas la idea moderna de felicidad."
Denis de Rougemont: El Amor y Occidente, Barcelona, Kairós, 1979, págs. 282-3
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