Ya desde loa antigüedad, los poetas han utilizado metáforas guerreras para describir los efectos del amor natural. El dios del amor es un arquero que dispara flechas mortales. La mujer se rinde al hombre que la conquista porque es el mejor guerrero. Lo que está en juego en la guerra de Troya es la posesión de una mujer. Una de las más antiguas novelas que poseamos, el Teágenes y Cariclea de Heliodoro (siglo III) habla ya de las "luchas de amor" y de la deliciosa derrota de aquel "que cae bajo los dardos inevitables de Eros".
Todo esto confirma el vínculo natural, es decir, psicológico, del instinto sexual y del instinto combativo."
Pág. 248.
Denis de Rougemont: El Amor y Occidente, Barcelona, Kairós, 1979
Vaya frasecita “ La mujer se rinde al hombre que la conquista porque es el mejor guerrero “. Lo único que refleja es que ya desde la antigüedad la historia se escribía en clave masculina y todas las artes lo mismo. La mujer un trofeo más para el hombre, como en la guerra y como en la caza ( también se sale a cazar con arco y flechas, y se exhibe la presa ). Desgraciado masculinismo que ha dirigido todas las épocas, culturas y civilizaciones.
ResponderEliminar¿ Y qué ocurre si cambiamos la frase? El hombre se rinde a la mujer que lo conquista porque es la mejor ………….? ¿Qué adjetivo ponemos?
No creo que sea cuestión de machismo, Caléndula, sino de intercambio de roles dominadores. El hombre también se rinde, en la terminología literaria de todas las épocas, como verás en el montaje (en el que, por cierto, ya estoy metido de lleno: llevo editados dos minutos, desde el viernes). De hecho, a pesar de ser hombres casi todos los autores, aceptan su condición de esclavos sometidos a su dueña ("domina"). A este respecto te cito ahora en otra entrada un pasaje del mismo autor referido al amor cortés, ya sabes, el de la poesía medieval.
ResponderEliminarUf ….. intercambio de roles dominadores? No ha existido tal intercambio y sí el monopolio del rol de dominador, de conquistador por el hombre ( guerrero). Claro que en la literatura aparecen hombres que “caen” o se rinden seducidos por la mujer pero qué les seduce de ella. Siempre algo pasivo, sumiso: su belleza, su ternura, su ingenuidad, su virginidad……………. Nunca sus dotes como “guerrera”, luchadora, conquistadora. Si la mujer toma esos roles, termina en la hoguera ( me refiero a otras épocas en Occidente y a muchas culturas en la actualidad).
ResponderEliminarCreo que la comparación amor y guerra es profundamente masculinista . Si la guerra ha sido siempre cosa de hombres, el amor en términos bélicos sólo puede ser cosa de ellos.
No puedo evitarlo. Me sale la vena feminista .
Bueno, no me refería a un intercambio histórico, sino dentro de una misma relación, como puedes ver en el texto de Rougemont que acabo de publicar. Pero ya que hablas de historia, aunque es cierto que el hombre ha sido siempre y sigue siendo el que domina en la vida pública, no lo es menos que en la esfera privada y, sobre todo en lo que ahora nos interesa, en las relaciones de pareja, ha sido siempre la mujer la que ha mandado. Esto podría parecerte extraño para el mundo antiguo, pero créeme, los testimonios abundan, y al grabado de Filis y Aristóteles me remito, por poner sólo un ejemplo (lo tienes unas entradas más abajo).
ResponderEliminarY la guerra no es sólo cosa de hombres, créeme, Caléndula. Ese pensamiento es sexista. Ni siquiera necesitaríamos hacer la prueba dándoles el poder a las mujeres.
Me has abierto tantos frentes con la respuesta a esta entrada que tengo que dividir mis fuerzas dialécticas ( esto también es lenguaje bélico pero sólo en el papel). Lo haré en varios episodios porque hoy no puedo.
ResponderEliminarYa sé que el tema va de relaciones de pareja pero en el momento en que se hace la comparación con la guerra, se sale de ese ámbito íntimo y se hacen extrapolaciones que sin duda merecen alguna reflexión aunque las ramificaciones del tema pueden ser infinitas.
Vaya por delante que no pretendo convencer. Son solamente mis opiniones sobre un tema que, al estar tan relacionado con las propias vivencias de cada uno, es por naturaleza subjetivo.
No puedo dejar pasar que la guerra no es cosa de hombres. Quizás mi frase era como un slogan de un anuncio publicitario antiguo ( el de soberano es cosa de hombres), claro que es sexista pero no por ello menos cierta pues las guerras siempre las han hecho los hombres al tener ellos siempre el poder. Cuándo éste sea de las mujeres ( en lo público) ya se verá.
Acudo en mi ayuda al movimiento internacional “Mujeres de negro” , movimiento pacifista y antimilitarista ( y feminista) que pretende “que se escuche la voz de las mujeres, victimas calladas de los conflictos generados por hombres pues son ellos los que tienen el poder en la mayor parte del mundo. A ellas les queda el luto por los muertos en las guerras, (hijos, esposos) y convertirse ellas mismas en muchas ocasiones en arma de guerra a través de las violaciones de mujeres. Las “Mujeres de negro” se manifiestan el último domingo de cada mes en la Plaza Mayor de Madrid. Sería muy interesante su opinión al respecto en vivo y en directo.
Hasta el próximo. Tengo que responderte sobre otras afirmaciones que haces en esta entrada. Es todo un placer visitar tu blog aunque los comentarios sean siempre un diálogo entre dos.
Como te dije, Caléndula, no hay que esperar a que las mujeres tomen el poder. La guerra no es algo que se circunscriba a los campos de batalla. Inunda nuestras relaciones públicas y privadas, y esto no es subjetivo. No tienes más que recordar algunos episodios ocurridos en nuestro lugar de trabajo.
ResponderEliminarEspero con impaciencia esas réplicas.