La patria del Renacimiento, de la recuperación del mundo grecorromano. Como me encontré cerrado el Museo Arqueológico, me fui a la Piazza della Signoria, otra maravilla jalonada de obras maestras, entre ellas el Rapto de las Sabinas, de Jean Boulogne:
No sabe uno ni por dónde empezar a fotografiar.
Espero encontrar mañana en el Museo Arqueológico el camafeo que representa a Eros arrastrando y maltratando al Alma. Antes debo comprar un polarizador para la cámara.
Por cierto, los taxis -como todo lo demás en Italia- son exorbitadamente caros. Como no hay metro y todas las calles que llevan al centro están cortadas al tráfico regular, no hay más remedio, salvo el de coger dos o tres autobuses y perder medio día. Entre eso, la comida y dos o tres chorradas más, 50 euros pueden volar fácilmente en un solo día.
Mañana llega la primera paliza del viaje: más de 600 kilómetros hasta Munich. El viaje promete unas vistas espectaculares de los Alpes.
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