principio, quod amare velis, reperire labora, qui nova nunc primum miles in arma venis. proximus huic labor est placitam exorare puellam: tertius, ut longo tempore duret amor. hic modus, haec nostro signabitur area curru:
haec erit admissa meta terenda rota. dum licet, et loris passim potes ire solutis, elige cui dicas 'tu mihi sola places.' haec tibi non tenues veniet delapsa per auras: quaerenda est oculis apta puella tuis.
scit bene venator, cervis ubi retia tendat, scit bene, qua frendens valle moretur aper; aucupibus noti frutices; qui sustinet hamos, novit quae multo pisce natentur aquae: tu quoque, materiam longo qui quaeris amori, ****************************************** ergo age, ne dubita cunctas sperare puellas; vix erit e multis, quae neget, una, tibi.
quae dant quaeque negant, gaudent tamen esse rogatae: ut iam fallaris, tuta repulsa tua est. sed cur fallaris, cum sit nova grata voluptas et capiant animos plus aliena suis? fertilior seges est alienis semper in agris, Joven soldado que te alistas en esta nueva mili¬cia, esfuérzate lo primero por encontrar el objeto digno de tu predilección; en seguida trata de intere¬sar con tus ruegos a la que te cautiva, y en tercer lugar, gobiérnate de modo que tu amor viva largo tiempo. Éste es mi propósito, éste el espacio por donde ha de volar mi carro,
ésta la meta a la que han de acercarse sus ligeras ruedas. Pues te hallas libre de todo lazo, aprovecha la ocasión y escoge a la que digas: «Tú sola me places.» No esperes que el cielo te la envíe en las alas del Céfiro; esa dicha has de buscarla por tus propios ojos. El cazador sabe muy bien en qué sitio ha de tender las redes a los ciervos y en qué valle se es¬conde el jabalí feroz. El que acosa a los pájaros, co¬noce los árboles en que ponen los nidos, y el pescador de caña, las aguas abundantes en peces.
Ánimo, y no dudes que saldrás vencedor en to¬dos los combates; entre mil apenas hallarás una que te resista; las que conceden y las que niegan se rego¬cijan lo mismo al ser rogadas, y dado que te equivo¬ques, la repulsa no te traerá ningún peligro. ¿Mas cómo te has de engañar teniendo las nuevas voluptuosidades tantos atractivos? Los bienes ajenos nos parecen mayores que los propios; las espigas son siempre más fértiles en los sembrados que no nos pertenecen y el rebaño del vecino se multiplica con portentosa fecundidad.
LIBRO l
ResponderEliminarprincipio, quod amare velis, reperire labora,
qui nova nunc primum miles in arma venis.
proximus huic labor est placitam exorare puellam:
tertius, ut longo tempore duret amor.
hic modus, haec nostro signabitur area curru:
haec erit admissa meta terenda rota.
dum licet, et loris passim potes ire solutis,
elige cui dicas 'tu mihi sola places.'
haec tibi non tenues veniet delapsa per auras:
quaerenda est oculis apta puella tuis.
scit bene venator, cervis ubi retia tendat,
scit bene, qua frendens valle moretur aper;
aucupibus noti frutices; qui sustinet hamos,
novit quae multo pisce natentur aquae:
tu quoque, materiam longo qui quaeris amori,
******************************************
ergo age, ne dubita cunctas sperare puellas;
vix erit e multis, quae neget, una, tibi.
quae dant quaeque negant, gaudent tamen esse rogatae:
ut iam fallaris, tuta repulsa tua est.
sed cur fallaris, cum sit nova grata voluptas
et capiant animos plus aliena suis?
fertilior seges est alienis semper in agris,
Joven soldado que te alistas en esta nueva mili¬cia, esfuérzate lo primero por encontrar el objeto digno de tu predilección; en seguida trata de intere¬sar con tus ruegos a la que te cautiva, y en tercer lugar, gobiérnate de modo que tu amor viva largo tiempo. Éste es mi propósito, éste el espacio por donde ha de volar mi carro,
ésta la meta a la que han de acercarse sus ligeras ruedas.
Pues te hallas libre de todo lazo, aprovecha la ocasión y escoge a la que digas: «Tú sola me places.» No esperes que el cielo te la envíe en las alas del Céfiro; esa dicha has de buscarla por tus propios ojos.
El cazador sabe muy bien en qué sitio ha de tender las redes a los ciervos y en qué valle se es¬conde el jabalí feroz. El que acosa a los pájaros, co¬noce los árboles en que ponen los nidos, y el pescador de caña, las aguas abundantes en peces.
Ánimo, y no dudes que saldrás vencedor en to¬dos los combates; entre mil apenas hallarás una que te resista; las que conceden y las que niegan se rego¬cijan lo mismo al ser rogadas, y dado que te equivo¬ques, la repulsa no te traerá ningún peligro. ¿Mas cómo te has de engañar teniendo las nuevas voluptuosidades tantos atractivos? Los bienes ajenos nos parecen mayores que los propios; las espigas son siempre más fértiles en los sembrados que no nos pertenecen y el rebaño del vecino se multiplica con portentosa fecundidad.
Que corto es el amor y que largo es el olvido.
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