La patria del Renacimiento, de la recuperación del mundo grecorromano. Como me encontré cerrado el Museo Arqueológico, me fui a la Piazza della Signoria, otra maravilla jalonada de obras maestras, entre ellas el Rapto de las Sabinas, de Jean Boulogne:
No sabe uno ni por dónde empezar a fotografiar.
Espero encontrar mañana en el Museo Arqueológico el camafeo que representa a Eros arrastrando y maltratando al Alma. Antes debo comprar un polarizador para la cámara.
Por cierto, los taxis -como todo lo demás en Italia- son exorbitadamente caros. Como no hay metro y todas las calles que llevan al centro están cortadas al tráfico regular, no hay más remedio, salvo el de coger dos o tres autobuses y perder medio día. Entre eso, la comida y dos o tres chorradas más, 50 euros pueden volar fácilmente en un solo día.
Mañana llega la primera paliza del viaje: más de 600 kilómetros hasta Munich. El viaje promete unas vistas espectaculares de los Alpes.
lunes, 9 de agosto de 2010
HACIA FLORENCIA
Me voy de Roma con la pena de no poder no ya seguir, sino vivir, en ella. Tiras una piedra en cualquier dirección y cae en algún templo, plaza o fuente de dos, tres, cinco, diez, veinte siglos. Me ha tocado en suerte España, con la capital de la austeridad y los socavones, Madrid. Aunque, en lo que a transporte público se refiere, ésta le da cien vueltas a Roma, que sólo tiene dos líneas de metro, y desvencijadas, tanto que ayer me decidí a ir hasta la Piazza della Repubblica en coche:
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